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¡Qué indescriptible placer es para mí estar delante de ustedes como la Presidenta Entrante de The Million Dollar Round Table! Estoy particularmente encantada de estar con todos ustedes en Miami, la puerta de entrada para América Latina, y el lugar donde un crisol de culturas da forma al maravilloso tejido humano. A mis amigos latinoamericanos, un afectuoso saludo, vengo ante ustedes siguiendo las huellas de mi amigo y mentor, Ross Vanderwolf, y los otros 92 hombres y mujeres que nos precedieron. Cada uno de ustedes dejaron su impresión especial reflejada en la marca que ha llegado ahora a ser símbolo de excelencia.

Mi recorrido por el Comité Ejecutivo inició hace tres años y medio, cuando recibí un telefonema inesperado invitándome a unirme a las filas del liderazgo. Esta experiencia me ha dado satisfacciones que van más allá de las palabras, y me ha dado una perspectiva de primera fila del impacto tan positiva que nuestra asociación ejerce por todo el mundo. La primera misión de cualquier asociación es ofrecer a sus miembros valor y recursos para poder engrandecer sus vidas profesionales. MDRT ciertamente logra esto presentándonos a algunas de los máximos líderes de pensamiento en nuestra profesión, ofreciéndonos invaluables, recursos orales y escritos y dándonos acceso a colegas en cada región del mundo. Y aunque estos beneficios son tremendamente valiosos, MDRT hace mucho más que eso por nosotros.

Me gustaría transportarlos a la Reunión Anual de 1962. Tuvo lugar en Montreal, Canadá, en el Hotel Queen Elizabeth. Uno de los ponentes en Sesión Plenaria de ese año fue un filósofo. Su nombre era Dr. Montimer Adler. En su ponencia de 40 minutos, habló del potencial humano y cómo todos tenemos un llamado a vivir lo que él denominó: “la vida buena.” Exhortó al auditorio de unos 1000 miembros, a poner atención en cómo pasamos el tiempo, y a examinar si nuestras actividades eran repetitivas y acostumbradas o eran tales que requerían análisis crítico y creatividad, generando aprendizaje y crecimiento.

Mencionó la necesidad de atender los tres aspectos nuestras vidas. Les denominó las bondades humanas: primero, los bienes externos, tales como la prosperidad y comodidad; segundo, los bienes del cuerpo – nuestra salud, fortaleza y placeres; y tercero; la bondad del espíritu – nuestra moral y virtudes intelectuales. La resonancia de este mensaje en el auditorio dejó un impacto permanente en nuestra membrecía. Verán, la invitación del Dr. Adler a poner atención a nuestras prioridades se convirtió en la precursora de lo que todos conocemos como el concepto de Persona Íntegra, un enfoque holístico sobre cómo vivir nuestras vidas. Creo que la razón por la que MDRT juega un papel significativo en la vida de sus miembros es que, no sólo nos ayuda a mejorar en nuestro oficio, sino que nos ayuda a elevar la calidad de nuestras vidas. Nos acerca más a nuestro pleno potencial humano.

Se suele preguntar a aquellos de ustedes que ya llevan años como miembros: “¿Qué es lo que les hace volver año tras año?” He descubierto que la respuesta más común a esa pregunta es: “Es la gente que he conocido, las relaciones que he hecho. Son mis amigos de MDRT de todo el mundo.” Muchos de ustedes son parte de un grupo de estudio, y sus conexiones con sus equipos trasciende más allá del negocio y los ha llevado a relaciones de por vida. Yo tengo la fortuna de ser miembro del Grupo de Estudio Maia. En la mitología griega, Maia era la diosa del crecimiento. En mi grupo de estudio hay cuatro mujeres buenas y brillantes a quienes considero mis hermanas en MDRT, y quienes se han ganado mi admiración y afecto profundo.

Aquellos de ustedes que aún no formen parte de un grupo de estudio podrían estar buscando ese tipo de oportunidad, que les ayuden a alcanzar nuevas alturas en sus vidas profesionales. Bueno, si ese es el caso, estás en el lugar correcto. ¿Dónde más podremos encontrar gente con una mentalidad semejante, comprometida con la excelencia y profesionalismo? ¿Dónde más podemos experimentar el nivel de entusiasmo para compartir que se da en estas reuniones? ¿Dónde más podemos vernos con colegas que también acogen la forma de vida de Persona Íntegra? Solo hay un lugar, y es aquí.

Algunos de ustedes saben que nací en Estados Unidos pero que pasé casi toda mi infancia y mi juventud en Paraguay, un pequeño país en el corazón de Sudamérica. Mis padres habían llegado a Estados Unidos justo después de casarse, para que mi papá pudiera completar su postgrado como médico. Durante los seis años que estuvieron en Estados Unidos, nacieron tres de sus hijos. Cuando regresaron a Paraguay, la familia siguió creciendo. De hecho, creció casi cada año. Lo que pasa es que mis papás no veían televisión para nada. Después de que nació la novena criatura, decidieron, bueno, mi madre decidió, que cerraban la fábrica de bebés. ¿Y qué hicieron entonces? ¿Qué creen que hicieron? ¡Compraron su primer televisor! Hoy en día, sus nueve hijos les han dado 33 nietos y dieciocho bisnietos.

Ninguno niega la cruz de la parroquia. ¡Y pensar que por un momento yo fui hija única! Sí, yo soy la mayor de nueve, orgullosa madre de cuatro y abuela de siete adorables duendecillos.

La vida es buena. La vida puedes ser emocionante. Pero la vida no siempre es fácil. Aun cuando piensas que has hecho todo bien, a veces la vida te lanza una bola curva. Esta mañana compartiré una historia muy personal que no he compartido en público antes.

Llevaba casada con mi amor colegial más de 20 años, y tuve, en todo sentido, la vida perfecta: cuatro hijos saludables, una carrera prometedora, grandes amigos, un hermoso hogar –en general, una vida maravillosa. Mi hijo mayor recién había entrado la escuela superior, y solo quedaban tres hijos más por volar del nido. Nuestros días siempre estaban ocupados, pero la vida parecía ser fácil. Y entonces sucedió. Mi matrimonio de 21 años terminó súbitamente en medio de la adicción y la infidelidad. Casi de la noche a la mañana, me convertí en madre soltera de mis cuatro hijos, de quienes yo sentía que merecían una oportunidad a una vida exitosa. Las exigencias financieras se materializaron en cuanto me percaté de que la manutención de mi familia dependerá, al fin de cuentas, de mí. Mi carrera como asesora financiera ya no sería algo que haría para suplementar el ingreso mucho mayor de mi esposo. Se convertiría en el medio para poner comida en la mesa y asegurar que mis hijos lograran sus metas. Mi realidad había cambiado, y pronto descubrí inesperadamente que no había barcos de rescate, no había príncipe azul. Y, para mi sorpresa, el mundo no hizo pausa – ni por un segundo.

Y mientras mi corazón jamás dejó de latir, se fue apagando, hasta casi permanecer en silencio. Se ha dicho que las circunstancias no nos hacen; nos revelan. Le muestran al mundo de qué estamos hechos. Yo necesitaba saber de qué estaba hecha. Estaba enfrentando, como me di cuenta años después, un punto de giro, un momento que me definiría y potencialmente determinaría el curso que tomaría el resto de mi vida. Yo podría convertirme en víctima y culpar a otros por mi situación, o podía optar por el valor y el perdón y el amor, finalmente – amor por mí misma y amor incondicional por aquellos que contaban conmigo. Debía tomar una decisión. Podría decirles que tuve una repentina revelación de que las cosas saldrían bien, pero eso no sería cierto.

Me tomó tiempo recuperar mi fe en el futuro y en descubrir una nueva vocación. Este llamado inició como un suave susurro durante momentos de quietud, y gradualmente se fue sintiendo mis como una invitación, una que no ofrecía garantías pero que hablaba de nuevas oportunidades para impactar y servir a los demás. Pasé muchas horas leyendo y reflexionando, buscando consuelo e inspiración de otros que hubieran pasado por experiencias similares. Yo sé que muchos de ustedes han enfrentado tiempos difíciles, retos financieros, alguna enfermedad seria, o la muerte de algún ser amado; y aunque nada nos puede proteger de experimentar momentos de dolor, nos ayuda saber que no estamos solos. Siempre hay quien esté ahí para levantarnos, igual que otros los han levantado a ellos.

Y luego, ocurre algo mágico: Cuando pensabas que ya no podías manejar algo, se convierte en algo más manejable, y con el tiempo, tedas cuenta de que ya pasó lo peor; ya vas camión a una nueva normal, y de ahí aun lugar de felicidad renovada. Mis días adquirieron más propósito, impulsados por un compromiso firme de recuperar el control de mi destino. Comencé a notar las cosas por las que estaba agradecida, y las cosas que no tenía no tenían importancia. Mi corazón fue recuperando gradualmente su fuerza al irse abriendo un nuevo horizonte. Me di cuenta de que la vida no necesariamente se hace más fácil, sino simplemente yo me estaba fortaleciendo. Como escribió Robert Jordan, en su novela “Los Fuegos del Cielo”: “El roble luchó contra el viento y se rompió; el sauce se dobló cuando fue necesario, y sobrevivió.”

Como resultado de esta experiencia cambié el enfoque de mi trabajo. Hasta entonces, mis clientes eran principalmente médicos y empresarios. Durante el proceso de mi divorcio me di cuenta de lo difícil que puede ser este proceso para quien cuenta con poco o nada de antecedentes financieros. Decidí que me especializaría en ayudar a aquellos en proceso de divorcio no solo brindándoles asesoría financiera, sino también con nuestro apoyo emocional durante su transición. Encontré una gran satisfacción al presenciar la transformación que ocurrió en las actitudes de mis clientes hacia la vida, pasando de sentirse victimizados y sin esperanzas, a un lugar de poder y posibilidades. Pronto me di cuenta de que este cambio dirigido a mejorar la vida de los demás había elevado significativamente la calidad de mi propia vida. Una vez más, podría volver a mirar hacia el futuro.

Estoy muy emocionada al decirles que mi familia también está creciendo, y están aquí con nosotros hoy. Quiero presentarles a mis cuatro hijos, Dr. Rick Bedoya, abogados Natalie y Gabe Bedoya, y el Dr. Chris Bedoya. Los acompañan sus cónyuges maravillosos, Dr. Alana Bedoya, y Timothy McGinn, un abogado aquí en la hermosa Miami. La esposa de Gabe, Liz, es una bailarina connotada y profesora universitaria que no nos pudo acompañar. Con tres hijos en casa, francamente, le era imposible venir. Dos de mis hermanas, Lourdes y Lisa, y mi hermano Nick, nos acompañan, y viene en representación del resto de mi muy numerosa familia.

También estoy profundamente agradecida de que la persona a quien más he admirado desde que tengo memoria, viajó desde Paraguay nomás por estar aquí. Se le conoce como el hombre que nunca veía televisión, mi padre, Nicholás. Mi padre, Nicolás está en el público para ser testigo de este momento en mi vida. De hecho, siempre ha estado a lado de sus hijos en cada momento importante de nuestras vidas. Él y mi madre, quien senos fue hace 17 años, nos dio a los nueve el tesoro más valioso que los padres pueden dar a sus hijos: su tiempo y un conjunto de valores medulares, valores que nos han guiado a lo largo de nuestras vidas.

De mi padre aprendimos que el optimismo tiene poder. Eleva nuestra energía y hace de nuestras vidas una emocionante aventura. Nos enseñó del trabajo duro, no con palabras sino con el ejemplo. Nos mostró cómo, cuando tu trabajo tiene un significado y mejora la vida de los demás, no es sólo un trabajo – es tu propósito. Mi padre sigue aun cumpliendo su propósito como mentor de estudiantes de medicina y médicos jóvenes, aunque está oficialmente retirado desde el año pasado, ¡a la edad de 92 años! De mi madre aprendimos que las cosas reales de la vida no son cosas y que dar la cara al mundo como tu auténtico ser es la única manera de vivir una vida auténtica. Ella amaba apasionadamente y tenía una manera de hacer que cada uno de sus hijos y nietos se sintieran dignos y únicos. Nos dejó un legado de amor e integridad que vivirá en nuestros corazones para siempre. Hace un momento, comenté que, cuando comenzamos a percatarnos de las cosas por las que estamos agradecidos, las cosas que no tenemos nos parecen menos importantes.

Como miembros de The Million Dollar Round Table, tenemos mucho por lo cual estar agradecidos. Nuestra asociación tiene finanzas sólidas, con capacidad para invertir en una serie de iniciativas para elevar los beneficios que reciben nuestros miembros. La fuerza de nuestra marca ha producido un crecimiento de nuestra membrecía, rompiendo récords, año tras año. El registro total a nuestras varias reuniones sigue rebasando todos los récords anteriores, permitiendo a muchos más de nosotros experimentar la magia de MDRT. Pero, más allá de todo eso, a un nivel más personal, cada uno de nosotros es el justo heredero del rico legado de MDRT–que ha guiado a tantos miembros, a lo largo de 92 años, a una vida más próspera y significativa. Y hoy, MDRT, en todo su esplendor, nos sigue extendiendo esa misma invitación a cada uno de nosotros.

En tan sólo unos cuantos meses, estaré asumiendo la presidencia de nuestra amada asociación, y aunque los últimos tres años me han permitido una gran perspectiva interior a lo que se requiere para liderar a una organización de esta magnitud, aun así, sigue siendo una tarea fenomenal. Con su nominación, ustedes me ha retado a que estire mis fronteras y a, una vez más, a examinar en lo más profundo de mi ser, en busca de sabiduría y un más elevado propósito. Acepto el reto con un profundo agradecimiento y humildad, y prometo que pondré lo mejor de mí. ¡Continuemos nuestro viaje!

Bedoya

Regina Bedoya, CLU, ChFC, de Juno Beach, Florida, es la Primera Vicepresidenta del Comité Ejecutivo de MDRT. Ha sido miembro de MDRT por 26 años, habiendo calificado siete veces en Court of the Table y tres en Top of the Table. Además, es Caballero Diamante de la Fundación MDRT y miembro de su Sociedad Inner Circle. Bedoya es presidenta de RB Financial Advisors, una firma de consultoría financiera que se especializa en planeación para el retiro y de seguros. El voluntariado de Bedoya en MDRT incluye varias ponencias en Reuniones Anuales, en una reunión MDRT Experience y Conferencia Global, y en conferencias internacionales de la industria. Recibió el premio Irvin Konter; en dos ocasiones fue nombrada Agente del Año de Prudential Palm Beach, y recibió la Medalla American Free Enterprise Companion, otorgada por la Universidad de Palm Beach Atlantic.

Regina Bedoya, CLU, ChFC
Regina Bedoya, CLU, ChFC
19 sept 2019

Discurso del Presidente Entrante - “La Vida Buena”

La presidenta de 2020 MDRT, Regina Bedoya, reflexiona sobre su viaje, desde las experiencias que la llevaron a doblegarse, pero no romper hasta lo que MDRT significa para ella.
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Autor(es)

Regina Bedoya, CLU, ChFC

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