
Vamos a hablar sobre cómo crear buenos hábitos y romper los malos, sobre la ciencia del cambio de hábitos y comportamientos, y cómo juntar todas esas ideas para llegar a ser un uno por ciento mejor cada día.
Tus hábitos no pueden garantizar un resultado en particular, pero sí pueden ayudarte a influenciar la trayectoria de tu vida, independientemente de las adversidades que se crucen en tu camino. Por eso es importante dominar los buenos hábitos. Aunque éstos no sean lo único que vayan a influenciar tus éxitos, sí juegan un papel muy importante. Están bajo tu control, y el único enfoque razonable es concentrarte en lo que sí puedes controlar. La lección es que, en cuanto a los hábitos, no se trata de un cambio radical. La excelencia se logra de pequeños esfuerzos por mejorar que se van acumulando con el tiempo.
Quisiera compartir algo sobre el equipo británico de ciclismo, el cual nunca había ganado el Tour de France. Contrataron a un director de desempeño que tenía un concepto al que llamaba “el agregado de logros marginales”. Lo describía como el mejorar en un 1% en casi todo lo que hacemos. Así que colocó llantas ligeramente más livianas en las bicicletas. Se les pidió a los ciclistas que usaran sensores de biorretroalimentación. Hicieron cosas que uno nunca esperaría que hiciera un equipo de ciclismo. Y al cabo de tres años ganaron el Tour de France.
Los cambios en incrementos de 1% pueden llegar a ser la llave maestra para abrir niveles selectos de éxito. Por lo tanto, el logro de la excelencia no se trata de un cambio radical, sino de ir mejorando en incrementos pequeños a lo largo del tiempo.
Me gusta referirme a los “hábitos” como el “interés compuesto del autodesarrollo”. Los efectos de tus hábitos se multiplican; pues los repites una y otra vez. Si tienes buenos hábitos, el tiempo se convierte en tu aliado. Lo único que necesitas es paciencia. Pero si tienes malos hábitos, el tiempo se convierte en tu enemigo. Y ésta es una verdad más profunda sobre los hábitos: Los hábitos son una espada de dos filos. Te pueden levantar o te pueden derrumbar. Es una de las razones por las que es tan de crucial importancia entender lo que es un hábito y cómo funciona, para que te conviertas en el arquitecto de tus hábitos y no en su víctima.
Si tú piensas que esto es importante, si estás de acuerdo que los cambios de 1% son importantes, entonces la pregunta natural es: “¿Por qué es tan difícil cambiar el comportamiento y desarrollar mejores hábitos?” Yo contestaría que, si estás batallando para mejorar, el problema no estriba en ti, sino en tu sistema. La razón por la que no cambiamos es porque tenemos el sistema equivocado para el cambio.
Tus hábitos presentes están perfectamente diseñados para lograr los resultados a los que has llegado en el presente. Todos nos esforzamos tanto para que nuestros resultados cambien, pero en verdad no es el resultado el que necesita cambiar, sino el sistema que lo precede. Son los “insumos” los que hay que componer.
A fin de cuentas, lo que estás tratando de alinear es tu sistema con tus objetivos. Y lo bueno es que no tienes que escoger el uno sobre los otros. Vas a construir tus hábitos para crear un mejor sistema. Al construir un sistema que sea 1% mejor cada día, podrás lograr tus objetivos.
La definición técnica de “hábito” es “un comportamiento que se ha repetido suficientes veces, de tal manera que se vuelve más o menos automático”, pero usamos esta palabra de manera diferente. Un hábito, es decir, algo que haces automáticamente, como el cepillarte los dientes o amarrarte los zapatos, se hace casi inconscientemente.
Mucho de lo que tiene mayor significado para nosotros requiere de esfuerzo o concentración, pero también se requiere consistencia. Hay que enfocarse en el punto inicial, mas no en el final. La idea aquí es que haya una especie de primera ficha de dominó que sea la que abra este nuevo hábito que estás tratando de desarrollar.
Haz que tu primera acción sea algo fácil. A este tipo de movimientos los llamo “momentos decisivos”. La pregunta que te tienes que hacer es ¿Cuál es ese momento decisivo? Un ejercicio que quisiera recomendar, y que ayuda a dominar la idea de que los hábitos son como rampas de entrada a rutinas mayores, es la llamada “regla de dos minutos”, la cual significa que todo hábito que quieras establecer en tu vida debes de reducirlo a algo que se tome dos minutos o menos. Por ejemplo, leer 30 libros al año se convierte en leer una página, o el hacer yoga cuatro días a la semana se convierte en sacar y colocar el tapete en el piso.
Estamos tan enfocados en encontrar la perfecta idea de negocios, el mejor programa de ejercicios, la dieta ideal; nos enfocamos tanto en optimizarlo todo que no nos damos permiso de estar presentes, aunque sea en la más mínima medida. Pero si no puedes dominar el arte de estar presente, si no puedes dominar las pequeñas mejoras, no hay nada que optimizar.
El secreto de todo es que de hecho no se trata de los pequeños hábitos. No se trata de hacer dos minutos de yoga, ni de poner un libro debajo de tu almohada, de lo que se trata es de creer en algo nuevo respecto a tu persona.
Un concepto al que le llamo hábitos basados en la identidad se establece en la idea de que el cambio real de comportamiento es en verdad un cambio de identidad. Es el encontrar una nueva forma de verte a ti mismo. Si te enfocas en lograr un resultado, entonces piensas, Una vez que yo haga eso, entonces seré el tipo de persona que quiero ser. Pero es más poderoso enfocarse en cómo en este momento tus hábitos refuerzan la identidad que quieres tener. Es importante enfocarse más en el ser que en el hacer. La verdadera meta no es leer un libro; la meta es convertirse en lector. La meta no es competir en una maratón, sino convertirse en corredor.
Es reforzando esa nueva identidad que experimentas un verdadero cambio de comportamiento. Pienso que ésta es la razón principal por la que los hábitos tienen importancia. Cada acto que llevas a cabo es un voto por el tipo de persona que deseas llegar a ser.
Eventualmente, al ir emitiendo estos votos, vas creando evidencia de haberte convertido en cierto tipo de persona. Esa cualidad de ir creando evidencia es increíblemente crucial, pues separa todo esto, de lo que a veces recomienda “Fíngelo hasta que te lo creas”, que te exige creer en algo positivo, aunque no tengas evidencia de ello. Y tenemos una palabra para las creencias que no tienen evidencia: esa palabra es “fantasías”.
Las creencias tienen una influencia en el comportamiento y el comportamiento tiene una influencia en las creencias. La mejor manera de comenzar es dejar que el comportamiento guíe el camino. Cuando haces una lagartija o escribes una frase o meditas por un minuto, no puedes negar que en ese preciso momento eras ese tipo de persona. Fuiste un atleta; fuiste escritor; fuiste meditador. Al ir construyendo y agregando esos votos y esa evidencia, tienes suficiente y toda razón para creer que éste es el tipo de persona que eres.
Con frecuencia me preguntan: “¿Cuánto tiempo se requiere para que un hábito se ‘pegue’?” Un estudio demostró que en promedio se llevan 66 días para crear un nuevo hábito. Algo fácil, como tomar un vaso de agua en la comida, tal vez solamente requiera un par de semanas, mientras que, para algo más difícil, como el ir a correr todos los días después del trabajo, tal vez se necesiten siete u ocho meses. Por lo tanto, no sé si estas cifras te dicen mucho.
Lo que sí creo es que la verdadera respuesta a por cuánto tiempo es necesario repetir algo para construirlo en un hábito, se resume en dos palabras: para siempre. Porque si dejas de hacer algo, ya no es hábito. Un hábito no es la línea de meta que hay que cruzar, sino un estilo de vida que hay que vivir. Lo que estamos buscando es un cambio pequeño, un cambio que no signifique una amenaza, un cambio que puedas integrar a tu vida normal, haciéndolo parte de tu estilo de vida cotidiano.
Espero que, con las tres ideas principales, cada una de tus acciones sea un voto a favor del tipo de persona en la que te quieres convertir. Espero que la regla de dos minutos y esta idea de reducir el nivel de tus hábitos te dé algo práctico, un ejercicio y un paso de acción que puedas tomar hoy mismo para empezar.
Tengo una última pregunta con la que te dejo hoy: ¿Cómo puedes lograr ser 1% mejor hoy?

James Clear es un empresario, escritor, ponente magistral en desarrollo personal y exitoso autor literario del New York Times. Sus entretenidas charlas enseñan al público sobre los pequeños hábitos, la toma de decisiones y la mejora continua. Su libro "Atomic Habits" ha vendido más de 800,000 copias en todo el mundo, logró nueve meses consecutivos en la lista de éxitos literarios del New York Times y pasó 33 semanas en la lista de éxitos literarios del Wall Street Journal. Su liderazgo de pensamiento aparece regularmente en el New York Times, Entrepreneur, Business Insider, Medium y Time, y es un invitado habitual de "CBS This Morning".