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Cuando tenía 10 años, vi los Juegos Olímpicos en TV por primera vez. De inmediato, sabía lo que quería hacer. Estas son personas que tienen un sueño y están dispuestas a entrenar durante años sin garantía alguna del éxito.

La gente me pregunta, «¿Qué se siente lanzarte por un resbaladero helado a 140 kilómetros por hora? ¿Es aterrador?» Sí, da miedo. La pista de luge comienza a 50 pisos de altura montaña arriba. Te deslizas montaña abajo en un pequeño trineo y un par de cuchillas de acero. Llegas a velocidades de 140 kilómetros por hora. No tienes frenos. Ya sabes lo que podría pasar: huesos rotos, conmoción cerebral, dislocaciones y peor.

Tomas la pista. Tienes un miedo mortal. En algunas de las curvas, estás llegando hasta 6 G’s. Cruzas la meta de llegada. ¿Como te vas a detener? No tienes frenos. Tomas el frente del trineo y clavas los talones. Vas perdiendo velocidad y 200 metros más tarde llegas a detenerte. Unos 5 segundos después de bajarte del trineo te golpea la oleada de adrenalina. Quieres retirarte porque el temor es así de fuerte.

Tomo un radio de frecuencia. Todavía estoy temblando. «Entrenador, soy Rubén.» “Rubén, tienes que colocar la cabeza más atrás. Has más puntas con los pies y tienes que maniobrar más fuerte. Y, Rubén, tranquilo” Como voy a estar tranquilo cuando estoy medio muerto de miedo?

Finalmente, entra la creencia. Me digo a mí mismo, Voy a regresar a esa pista. Y lo hice. Nunca habría llegado a los Juegos Olímpicos sin mi entrenador.

De cuando en cuando vas a tener un mal día. Vas a tener una mala semana. Vas a tener un mal mes. Vas a tener un mal año. A mí me ha pasado.

La vida es una serie de tormentas. Cuando transitas por las tormentas de la vida, no trates de superarlas por tu cuenta porque, si lo haces, siempre tomarás la salida fácil y te arrepentirás más tarde.

En vez de ello, haz lo que hice yo. Levanta ese radio de frecuencia. Levanta el teléfono. Llama a tu mejor amigo. Llama a tu esposo, a tu esposa, a tu mentor, a alguien que cree en ti y que te ama y que te ayudará a volverte a encarrilar. Porque renuncias a tu sueño, te arrepentirás toda tu vida.

El éxito es sencillo, pero no es fácil. Se reduce a encontrar una meta que te apasiona y utilizar tu talento y tus fortalezas para perseguirla, negándote a claudicar y estando dispuesto a hacer lo que haga falta durante el tiempo que haga falta para lograrla. El éxito es una decisión de que no renunciarás, que harás lo que sea necesario.

No soy un gran atleta, pero tenía un sueño. Me rodeé de gente que me mantuvo en el juego el tiempo suficiente para poder aprender algunas habilidades, y usé esas habilidades para alcanzar el sueño. Eso es algo que cualquiera puede hacer. Debes tener el coraje para empezar y el coraje para no renunciar. El coraje para empezar viene de creer que es posible. El coraje para no renunciar viene de tu deseo. Si en verdad deseas algo, nada te hará renunciar.

Asociate con gente a quienes respetas porque te haces como ellos y copias sus hábitos. La gente exitosa piensa en grande. Siempre se concentran en su sueño y hacen preguntas como «¿Por qué yo no? ¿Por qué no ahora?»

Cuando tenía 21 años, me dije, «Tengo que encontrar un deporte y estar en los Juegos Olímpicos. Mi fortaleza no está en ser atlético. Mi fortaleza es la perseverancia.” Así que encontré el luge.

Me fui a Lake Placid, Nueva York. Al principio el hombre dijo, «Estás demasiado viejo.» No iba a aceptar la negativa como respuesta. Finalmente, dijo, «De acuerdo, ven a probar. Pero va ase brutal. Nueve de 10 personas renuncian a este deporte.” Le dije, «¿Qué más?» Me dijo, «Preparate para romperte algunos huesos.» Le dije, «Genial.»

Me colocó en un grupo con otros 15 tipos. Los primeros dos años, estaba yo chocando cuatro de cada cinco veces. Pero seguí, y después de un tiempo, chocaba tres de cinco ocasiones. Para el final del segundo año, chocaba yo alrededor de una de cada 100. Para entonces ya no quedaba competencia porque todos habían renunciado.

Después de dos años, tenía yo que competir en el circuito de la Copa Mundial contra los mejores del mundo. Era yo un principiante con todos estos campeones mundiales y Olímpicos. Pensé, No debo estar aquí.

Me concentré en obtener puntos de Copa Mundial. Cada vez que terminas una carrera, te otorgan puntos. Al final de la temporada, existe un ranqueo mundial, y los 50 mejores van a los Juegos Olímpicos. Un par de semanas antes los Juegos Olímpicos de 1988 en Calgary, pude irrumpir al grupo de los 50 mejores del mundo.

Sigue a tu corazón, sigue a tus mentores, niégate a renunciar y lo puedes lograr. Aún antes de mis primeros Juegos Olímpicos, ya me veía a mí mismo caminando en las ceremonias de apertura y toda la gente dado gritos de animación. Era tan emocionante.

La mente no puede distinguir la diferencia ente algo que imaginas vívidamente y algo que en realidad está sucediendo. ¿Como se va a sentir? ¿Como será cuando finalmente alcance mi sueño? Te vuelves fuerte por dentro. Súbitamente, tienes confianza.

lo que te dices a ti mismo es importante. Cuando estaba yo listo para renunciar, Me forzaba a pensar, Lo puedo lograr. Soy un ganador. Nunca voy a renunciar. Lo puedo lograr. Seré un Olímpico.

Es una ciencia. Dite a ti mismo, Lo puedo lograr; Soy un ganador. Estas son palabras muy poderosas. Dilo frente a un espejo. Comenzarás a sentir confianza y fortaleza. Entra la creencia, y la duda se va.

Lo que dices define lo que piensas. Lo que piensas define lo que haces. Lo que hagas siempre se convierte en tus hábitos. Tus hábitos definen a tus resultados. Todo comienza con esa charla interna: Lo puedo lograr. Soy un ganador.

Encuentra a quien ya haya hecho lo que tú quieres hacer. A la gente exitosa les gusta ayudar a otras personas. Y siempre y cuando estés dispuesto a hacer lo que te digan, entonces en realidad les estás ayudando a ellos.

El éxito no es la medalla de oro El éxito es la medalla de plata ¿Sabes lo que es la medalla de oro? La importancia. La importancia significa que has marcado una diferencia en la vida de alguien. Cuando haces eso, llena ese hueco en tu corazón, y esa es la medalla de oro. Cuando le pides ayuda a un mentor, le estás ayudando al mentor para que obtenga la medalla de oro, y el mentor te está ayudando para que obtengas la medalla de plata.

Observa tu charla interna, visualiza, e imagínate como va a ser. Piensa sobre lo peor que puede suceder y lo vas a manejar. Y si no sabes, pregunta a tu mentor.

Cuáles son las probabilidades de que alguien como yo llegue a los Juegos Olímpicos? No era un gran atleta. No comencé hasta los 21 años. Tenía un sueño, seguí a mis entrenadores, me negué a renunciar, y trabajé hasta que me salió cola.

¿Cuáles son las probabilidades de que puedas hacer que este año sea el mejor que jamás has tenido?. No es una en un millón. Es inevitable. Siempre y cuando estés dispuesto a hacer el trabajo, y si tienes el deseo de seguir a esos mentores y te niegas a darte por vencido, este podría ser tu mejor año. Los campeones de mañana se están forjando hoy. Así que, la siguiente vez que estés pasando por un mal día, acuérdate del tipo aquel que logró ir a los Juegos Olímpicos. Porque si yo puedo lograr eso, tú puedes lograr lo que sea.

Gonzalez

Ruben Gonzalez, cuatro veces olímpico y reconocido experto internacional en el desarrollo de la resistencia mental. Aparentemente una “persona común", no comenzó a practicar el trineo luge hasta que tenía ya 21 años. Contra todo pronóstico, cuatro años después estaba compitiendo en los Juegos Olímpicos de Invierno. A la edad de 47 años, estaba compitiendo contra los jóvenes de 20 años en los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver. Como narrador maestro, González utiliza sus experiencias olímpicas para inspirar al público a pensar de manera diferente, a vivir la vida con pasión y a tener el valor para dar los pasos necesarios para alcanzar sus objetivos.

Ruben Gonzalez
Ruben Gonzalez
16 sept 2020

Vuélvete Imparable

Rubén González no era un atleta cuando era niño, pero cuando tenía 21 años, decidió que se convertiría en un atleta olímpico, se subió a un trineo y se volvió imparable.
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Autor(es)

Ruben Gonzalez