
La profesión de los servicios financieros puede ser impredecible y desafiante, incluso en los mejores tiempos.
Heidi Dening, experta galardonada en resiliencia, reconoce que los asesores han tenido que cambiar recientemente la forma en la que siempre han hecho las cosas debido a las circunstancias desencadenadas por la pandemia; sin embargo, incluso antes de ello, al trabajar en el sector de servicios financieros, te enfrentabas a numerosas incertidumbres por las fluctuaciones permanentes del mercado. “Siempre tienen que estar adaptándose”, dijo, y puntualizó que requieren tanto valentía como liderazgo para avanzar.
“Se requiere de mucha valentía para despertar cada mañana y pensar: ‘¿Qué nos depara este día? ¿Qué tengo que hacer de manera distinta? ¿Cómo haré para seguir triunfando?’, en lugar de quedarte paralizado por el miedo o posponer tus tareas porque son difíciles y abrumadoras”, admitió.
Dening identificó cinco tipos diferentes de valentía en el ámbito empresarial: física, social, intelectual, moral y emocional. Entender cada una ayudará a los profesionales a afinar sus aptitudes y habilidades de liderazgo.
La valentía física es, probablemente, en la primera que piensas cuando escuchas la palabra “valentía”. Implica audacia, como la que despliega el personal de primera respuesta. Esta habilidad les es natural a estas personas, pero los profesionales de los servicios financieros rara vez tienen que mostrar esta forma de valentía.
Cuando muestras valentía social, te arriesgas a que tus compañeros te excluyan o te rechacen. “Aplicar este tipo de valentía en una empresa implica que debes tomar las mejores decisiones solo porque son las mejores decisiones y no para ser el más popular del grupo”, explicó Dening.
La valentía moral significa defender aquello en lo que crees. Quienes poseen esta valentía dejan que sus acciones hablen más alto que sus palabras y, muchas veces, se les considera modelos a seguir. Este tipo de valentía puede manifestarse al tomar decisiones relacionadas con la contratación. “Algunas veces, las personas poseen muchas aptitudes técnicas y sabemos que conseguirán muchas ventas para nosotros, pero quizá no se adaptan bien a la cultura de la organización”, explicó.
La valentía intelectual “consiste en pensar de forma diferente y desafiar al status quo”, dijo. “Es lo contrario a hacer lo mismo de siempre solo porque funciona. Es pensar en otras formas de atraer a personas nuevas y nutrir tus relaciones”. Esta habilidad es particularmente útil en la actualidad, ya que el mundo ha cambiado drásticamente y seguirá haciéndolo. Es poco común que alguien pueda ascender a una posición de liderazgo sin esta valentía.
La valentía emocional se refiere a nuestra habilidad para abrazar cómo nos sentimos sobre ciertas situaciones y estar dispuestos a vulnerarnos, decir la verdad y enorgullecernos de ello. A lo largo de la historia, el mundo ha admirado a los líderes estoicos, así que Dening considera que el cambio hacia liderazgos más emocionales es positivo. “No significa que sean menos humanos o peores líderes o compañeros; significa que tienen el valor suficiente para decir: ‘Debo ser honesto contigo: esta situación me cuesta trabajo’”, dijo.
Es momento de trabajar en tus habilidades de liderazgo propio con una buena dosis de todas las formas de valentía. “El liderazgo propio consiste en sentarte en el asiento del conductor de tu vida y tomar decisiones todos los días que te mantengan avanzando hacia tu concepto de un futuro mejor para ti mismo”, explicó Dening. Para ser un líder talentoso y atraer a un buen equipo, primero debes ser un líder talentoso para ti mismo. Adoptar estrategias de liderazgo propio te ayudará a dejar el miedo atrás y, en su lugar, desarrollar resiliencia para que seas estratégico cuando enfrentes cualquier reto, en lugar de solo reaccionar a él.
Al dar prioridad al liderazgo propio y a desarrollar resiliencia, puedes sobrellevar mejor el estrés, tener una mayor capacidad de adaptación al cambio, abrazar una actitud optimista y encontrar la valentía para equivocarte. Crear un plan de resiliencia te respaldará mientras te mueves entre la incertidumbre del mundo de los servicios financieros.
Crear un plan de resiliencia
Mide tu nivel actual de resiliencia (haz la prueba interactive en heididening.com/resilience) con la lista de resiliencia de Dening. Una vez que lo conozcas, podrás planear los cinco componentes de tu Plan de Desarrollo de Resiliencia:
1. La razón por la que la resiliencia es importante en tu vida profesional — Al desarrollar resiliencia, te aseguras de poder exceder tus objetivos profesionales al mejorar tu creatividad y tenacidad, así como compaginar tus numerosas responsabilidades profesionales y personales con mayor facilidad.
2. Nómbralo y domínalo — ¿Cuáles son los desafíos en tu vida que te dificultan dar prioridad a tus actividades de desarrollo de resiliencia? Por ejemplo, cuidar a tus padres mayores o niños pequeños.
3. Reconoce lo bueno — ¿Qué buenos hábitos ya tienes establecidos? Por ejemplo, caminatas por la tarde o estar aprendiendo algo constantemente.
4. Identifica puntos ciegos — ¿Qué debes dejar de hacer? Por ejemplo, revisar tus redes sociales a altas horas de la noche o consumir alimentos altos en azúcares entre comidas.
5. Sigue la Fórmula para Acumular Resiliencia — Es difícil ser un líder cuando no estás en tus mejores condiciones físicas y mentales. Esta es una fórmula de cinco pasos que deberías incorporar a tu vida para asegurarte de que estás acumulando resiliencia en un contenedor sólido y resistente, para que tengas la confianza y la capacidad de seguir adelante en momentos difíciles.
- A diario: Encuentra un momento de quietud de 10 minutos al día.
- Cada semana: Busca algo que te alegre una hora a la semana.
- Cada mes: Relájate un día al mes.
- Cada tres meses: Permítete vivir durante un largo fin de semana cada tres meses.
- Todo el tiempo: Refuerza tus vínculos con las personas que te sacan una sonrisa, que abrigan tu corazón y que alimentan con sabiduría tu cerebro.
Contacto: Heidi Dening heidi@heididening.com