
¿Alguno de ustedes tiene alguna fobia o miedo? Por ejemplo, en mi caso, me aterrorizan los tiburones. Y es normal tener miedo a algo que puede hacernos daño.
Pero, ¿alguno de ustedes tiene miedo a las llamadas telefónicas? Parece una tontería, ¿verdad? ¿Cómo una simple llamada de teléfono nos puede dar miedo? Pues bien, déjame decirte que la mayoría de los jóvenes sufren telefobia, que es el miedo a hablar por teléfono.
Una empresa de telecomunicaciones encuestó a miles de jóvenes y descubrió que el 81% de ellos siente ansiedad al hacer o recibir una llamada telefónica. ¿Por qué?
- Lo consideran una pérdida de tiempo.
- No les gusta hacer favores y, muchas veces, cuando alguien les llama es para pedirles algo.
- Si algún desconocido les llama, sienten que es una intromisión en su intimidad, ¡casi una ofensa!
¿Por qué te digo esto? Porque muchos de estos jóvenes son tus prospectos y cada vez que los llamas, les creas una experiencia negativa.
Como asesores de seguros, estamos programados precisamente para hacer eso todos los días. Nos han enseñado a prospectar utilizando nuestras listas de 100 contactos o referidos de personas que no nos conocen. Hacemos una llamada tras otra pero hacerlo con las nuevas generaciones es como usar un arma de destrucción masiva porque los milenials y centenials no confían en los extraños y no les gusta que les vendan y mucho menos por teléfono.
Esto es desde el punto de vista del prospecto. Pero, como muchos de ustedes, yo también soy asesora de seguros. Soy milenial y tengo telefobia. Muchas veces me han dicho: “Si no te gusta llamarles a los prospectos, deberías buscarte otro trabajo porque en esta profesión si no llamas, no vendes”. Y me lo creí durante mucho tiempo.
Tardé ocho años en comprender que las llamadas telefónicas no son la única ni la mejor forma de prospectar. Un día decidí buscar una forma de presentar mis ideas, reforzar mi credibilidad, hacer que las personas quisieran escucharme y, finalmente, que me compraran.
Entonces conocí la “venta social”, que es básicamente un modelo de ventas que utiliza herramientas digitales, como las redes sociales, para difundir contenidos útiles que permiten establecer conversaciones con los prospectos.
La venta social salvó mi negocio. Me ayudó a atraer a muchos prospectos interesados en los seguros, que ya tenían la intención de comprar y esto aceleró mi proceso de ventas y mejoró mis resultados de forma espectacular.
Por eso estoy aquí. Te voy a compartir mis tres claves del éxito en la venta social.
1. Enfócate en tu credibilidad.
Si te cuesta vender a través de las redes sociales, probablemente sea porque no te estás enfocando lo suficiente en tu credibilidad. Tu principal objetivo debe ser que te reconozcan como el mejor asesor de seguros, porque si estás aquí, lo eres, y las redes sociales son el canal más eficaz para dar a conocer tu trabajo y tus logros. Este primer paso te ayudará a hacer crecer tu red y podrás ayudar a la gente de forma masiva, no solo de forma individual.
2. Crea contenido que te posicione como experto.
No olvides crear contenido que demuestre que realmente sabes de lo que hablas, que te posicione como experto en el tema. Si la gente aprende de ti con un video de un minuto o un post, te ganarás su confianza y su dinero.
La clave para vender en las redes sociales es la conexión que creas con tus seguidores, así que comparte información que les ayude a tomar mejores decisiones, resuelve sus preguntas más frecuentes y hazlo a través de contenido atractivo y ligero.
3. Atrae el tráfico hacia ti.
Es importante llegar a más gente para posicionarnos mejor. He aquí algunas formas de atraer nuevo tráfico a tus redes sociales:
- Gánatelo. Comparte contenido útil y gana seguidores de forma orgánica.
- Cómpralo. Paga publicidad para expandir tu alcance y llegar a nichos de mercado segmentando los anuncios.
- Pídelo prestado. Busca colaboraciones con otras cuentas. Puedes hacer publicaciones compartidas o videos en vivo para darte a conocer entre la audiencia de otras cuentas.
Recuerda muy bien esto: Con la venta social, los prospectos se enamoran primero de tu marca, te dan su confianza, te buscan para que los asesores y son los que deciden comprarte.
No sé tú, pero a mí me encanta cuando alguien me compra por convicción y no por insistencia.
Ahora, piensa esto: ¿Quieres continuar buscando prospectos para venderles? ¿O prefieres que ellos te busquen a ti y te compren?