¿Qué hacemos cuando las cosas van tan mal en nuestros mundos que perdemos todo lo que alguna vez tuvimos?

Bueno, eso es lo que me sucedió en 2005. Tenía el mundo a mis pies… ¡y lo eché a perder!

Lo perdí todo, todo lo que había construido. Mi hogar, mi riqueza, mi carrera, mi capacidad para ganarme la vida, mi confianza e incluso mi propio respeto.

¿Cómo fue que lo perdí? Simplemente a través de mis propias malas decisiones y mi renuencia a tomar consejos o aceptar la ayuda de alguien más.

Estoy feliz de compartir la historia con ustedes, nomás porque lo que importa no es cómo perdí todo. Es cómo volví a levantarme, y esa es la parte que creo que pueden encontrar útil.

Tenía un amigo en particular que permanecía firmemente a mi lado, a pesar de que continuamente rechazaba sus ofertas de ayuda. En ese tiempo, estaba resuelto a permanecer miserable y convencerme de que era un fracaso, hasta el día en que se cansó tanto de mí que amenazó con alejarse de mí.

De pronto, me di cuenta de que era hora de escuchar a las personas que tenía a mi alrededor. Tenía personas que creían en mí más de lo que yo creía en mí; personas que pensaban que merecía una segunda oportunidad.

Me compartieron de sí mismos; y me dieron sus mejores ideas. Me platicaron sus propios triunfos y desastres. Me dejaron aprender tanto de sus errores como de los míos. No pidieron nada a cambio; sólo verme volver a tener éxito.

Me dieron el coraje de creer en mí otra vez.

Todo esto me enseñó el poder de un amigo, de un mentor, de un maestro y de corresponder más adelante.

Hoy, dirijo un negocio exitoso y he logrado muchas cosas que una vez pensé que estaban fuera de mi alcance.

Creo que es porque he tenido esos mentores, y tuve el coraje de aceptar la ayuda a mi alrededor y no pensar que tenía que hacer todo yo solo.

También aprendí que su compromiso conmigo los ayudó a ser la mejor persona posible para que yo pudiera ser lo mejor que pudiera ser. Era una calle de ambos sentidos. Enseñamos cuando aprendemos, y aprendemos cuando enseñamos.

Y completamos el círculo. ¡Ahora, también soy un mentora de una joven aspirante a jinete de obstáculos a quien estoy ayudando a desarrollar su carrera con mi propio caballo! ¡Nunca habría pensado que sucedería!

Entonces, preguntémonos, ¿Quiénes son nuestros mentores? ¿Quiénes aspiramos ser? ¿Qué tipo de diferencia podríamos hacer? Mira a tu alrededor en este salón. Estamos rodeados de inspiración. Busca un mentor, o a alguien que lo necesite y sé mentor tú.

Jamás subestimes la diferencia que podemos representar para otro ser humano; Si somos el mentor o el aspirante o discípulo, todos hacemos la diferencia.

Elaine Milne, Dip PFS, ha sido miembro de MDRT 11 años, cuatro veces calificado en Court of the Table y dos en Top of the Table. Maneja su negocio, especializado en administración de patrimonios personales, de Dundee, Escocia. Siempre está dispuesta a compartir sus experiencias de negocios y personales con otros asesores, con la intención de ayudarles con sus propias metas y ayudándole a otros a su vez.

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No Se Ha Perdido Todo