Luchar para vencer
Una organización que ayuda a niños con cáncer recibe la subvención más grande por parte de la Fundación MDRT.
En una boda, Emile Joseph Issa, MBA, BS, conoció a la Dra. Roula Farah, hermana de la novia. Issa, miembro de MDRT desde hace nueve años, había pasado dos años en la facultad de medicina y entabló una amistad con la oncóloga pediátrica.
Más de 20 años después, ese encuentro fortuito y el apoyo de Issa permitieron que en 2025 le otorgaran $50,000 USD —la mayor subvención del Programa global de subvenciones de la Fundación MDRT— a CHANCE (Niños contra el Cáncer), una organización fundada por Farah poco después de la boda de su hermana. Farah había regresado al Líbano tras varios años de estudio y trabajo en EUA y se encontró con un niño de 6 años que necesitaba ser ingresado a un hospital porque tenía un enorme tumor en su pecho y varicela. Cuatro horas después de que Farah llevara al niño y a su padre al hospital y completara el papeleo, los encontró sentados bajo la lluvia en un estacionamiento. Los rechazaron porque no podían pagar.
“Me quedé profundamente impac-tada al ver que nadie lo atendería si no pagaba por adelantado”, recordó Farah y añadió que el 85 % del cáncer infantil es curable si se trata de manera adecuada. El niño murió, incluso después de que Farah organizara la visita de un cirujano a domicilio. “Verlo sentado en esa enorme cama, tan enfermo, me hizo sentir completamente impotente e indefensa y que cualquier conocimiento y certificación es inútil si no podemos hacer nada para ayudar a un niño necesitado. Ningún niño debe volver a morir por la falta de financiamiento”.
La fundación y el impacto
Así que comenzó a organizar iniciativas para recaudar fondos en un hospital de Beirut, como animar a los niños a hacer dibujos y recopilarlos para crear un calendario que todavía se publica y se vende cada año. Cuando el jefe de su área le dijo que necesitaba registrar sus esfuerzos como una organización sin fines de lucro, Farah creó CHANCE para darle a cualquier niño, sin importar quién sea o de dónde venga, la oportunidad de luchar contra el cáncer o enfermedades graves de la sangre.
Desde 2005, CHANCE ha apoyado a 850 niños a través de ocho hospitales en todo Líbano gracias al voluntariado, las campañas de concientización sobre los signos de alarma del cáncer y más de 15 000 donaciones a hospitales.
El mes pasado, un hombre de 26 años visitó a Farah en una clínica pediátrica, lo que es poco común. Le preguntó si lo reconocía. No fue así. Entonces le reveló que ella lo había atendido cuando tenía 6 años y luchaba contra la leucemia. Tras regresar al Líbano desde Alemania para asistir a la boda de su hermano, fue directamente a la clínica desde el aeropuerto antes incluso de ver a sus padres.
“Sigo vivo gracias a CHANCE”, le dijo a Farah, recordándole a su padre, un agricultor que no podía pagar el tratamiento de su hijo.
“Este es el mejor ejemplo de cómo CHANCE salva vidas y de la gratitud que genera”, afirmó Farah. “Este hombre no estaría entre nosotros si CHANCE no hubiera pagado sus hospitalizaciones y su tratamiento”.
Mente y cuerpo
Cuando un paciente no puede pagar su atención médica, lo remiten a CHANCE, que revisa la información. Una vez que aceptan al niño, CHANCE paga las facturas del hospital en su nombre. Otros servicios incluyen arteterapia y manejo del dolor, un programa que conecta a las nuevas familias de CHANCE con las anteriores, y mujeres mayores que tejen muñecas y confeccionan ropa para que los pacientes puedan cubrir y calentarse la cabeza con gorros de lana tras perder su cabello.
La subvención de la Fundación MDRT financia la capacitación de psicólogos en psicooncología y de enfermeras en cuidados paliativos, para que puedan ofrecer un enfoque más holístico que alivie los síntomas de los pacientes y se centre en su bienestar. Esto incluye aprender cómo procesar el miedo, la ansiedad, la depresión y la rabia que experimenta un niño diagnosticado con cáncer; cómo informarles a los hermanos y hermanas el diagnóstico de su hermano; cómo manejar los siguientes pasos con la escuela y los compañeros; y mucho más.
“Esto es muy difícil emocional y psicológicamente, y no lo hemos abordado de manera adecuada en los hospitales del Líbano”, comentó Farah. “Los derechos básicos de un niño son no sufrir y tener acceso a una atención adecuada”.
Aunque siempre es buen momento para ayudar a los niños enfermos, el Líbano está atravesando un periodo difícil. Entre las explosiones de Beirut en 2020 y la posterior crisis económica, muchas personas a las que CHANCE les presta servicio están sin trabajo o sin hogar. Algunos niños enfermos han permanecido en autos durante días sin tener a dónde ir.
“La carga psicosocial y psicoemocional es muy alta”, afirma Farah. “Hemos visto y escuchado muchas historias de niños que han sufrido traumas y vimos que este programa era muy necesario”.
Issa, cuyos hijos tienen ahora 22 y 24 años, sigue desde hace tiempo el trabajo de CHANCE en las redes sociales y admira cómo la organización ayuda a los niños y a sus familias a superar los retos sociales y psicológicos a los que se enfrentan. Se hizo más consciente de ello tras asistir a una cena de recaudación de fondos de CHANCE hace aproximadamente nueve años, y en 2020 ayudó a esta organización sin fines de lucro a recibir una subvención de $1,000 USD de la Fundación MDRT para apoyar un programa que recaudaba medicamentos sin utilizar y no caducados para familias necesitadas. Por supuesto, Issa sabe que la subvención de $50,000 USD puede tener un impacto mucho mayor, sobre todo porque su esposa está librando su propia batalla contra la leucemia.
“Ahora que tengo un enfermo de cáncer en casa, sé lo que soportan las familias”, dijo. “CHANCE no solo ayuda a los niños en la parte médica, sino que también entienden la parte humana”.